El bosque en el colegio es un recurso valioso que contribuye al aprendizaje y al bienestar de los estudiantes. Funciona como un aula al aire libre donde los niños pueden explorar la naturaleza, aprender sobre biodiversidad y desarrollar conciencia ambiental. Además, mejora la calidad del aire y regula la temperatura, creando un ambiente más agradable y saludable dentro del colegio.

Desde el punto de vista auditivo, los árboles desempeñan un papel importante en la reducción del ruido. Funcionan como barreras naturales que absorben y dispersan las ondas sonoras, disminuyendo la contaminación acústica proveniente del tráfico, construcciones u otras fuentes externas. Esto genera un ambiente más tranquilo, ideal para la concentración y el rendimiento académico de los estudiantes.

Además, el bosque contribuye a la salud del oído al evitar la exposición constante a ruidos fuertes, lo que puede prevenir problemas auditivos a largo plazo. El sonido natural de las hojas moviéndose con el viento o el canto de las aves crea una atmósfera relajante, reduciendo el estrés y la fatiga auditiva. Por ello, un bosque en un colegio no solo beneficia el aprendizaje y el medioambiente, sino que también promueve el bienestar auditivo de toda la comunidad escolar.